Duelo
La ruptura amorosa
Cuando la ruptura amorosa llega nunca se esta listo para hacerle frente. La duración de la relación, quién tomó la decisión de finalizarla, lo brusca que haya sido la ruptura o lo tóxica que haya podido ser la relación hacen de la separación una de las situaciones más estresantes y dolorosas.
Es un proceso difícil que, como todo duelo, requiere de tiempo y de acciones para sanar. Tenemos que darnos permiso para sentir y vivir todas las emociones que cada etapa o tarea va a traer consigo: ansiedad, miedo, ira, rabia, tristeza, frustración, angustia, impotencia…
El duelo es un proceso inevitable que se produce ante la percepción de la pérdida definitiva de una persona a la que amamos mucho y con la que se comparten importantes vínculos afectivos. Autores como Robert A. Neimeyer, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Memphis, acota el duelo en sus respectivas obras como una pérdida de relaciones, pero no como algo definitivo, sino como una situación de cambio en que la persona sufre los efectos de una pérdida, pero tiene la oportunidad para redefinirlas, para establecer un nuevo significado y una nueva forma de interacción con los sistemas que se han visto afectados, una reestructuración de las relaciones con el medio y con uno mismo para la readaptación.