Cuando la ruptura amorosa llega nunca se esta listo para hacerle frente. La duración de la relación, quién tomó la decisión de finalizarla, lo brusca que haya sido la ruptura o lo tóxica que haya podido ser la relación hacen de la separación una de las situaciones más estresantes y dolorosas.
Es un proceso difícil que, como todo duelo, requiere de tiempo y de acciones para sanar. Tenemos que darnos permiso para sentir y vivir todas las emociones que cada etapa o tarea va a traer consigo: ansiedad, miedo, ira, rabia, tristeza, frustración, angustia, impotencia…
El duelo es un proceso inevitable que se produce ante la percepción de la pérdida definitiva de una persona a la que amamos mucho y con la que se comparten importantes vínculos afectivos. Autores como Robert A. Neimeyer, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Memphis, acota el duelo en sus respectivas obras como una pérdida de relaciones, pero no como algo definitivo, sino como una situación de cambio en que la persona sufre los efectos de una pérdida, pero tiene la oportunidad para redefinirlas, para establecer un nuevo significado y una nueva forma de interacción con los sistemas que se han visto afectados, una reestructuración de las relaciones con el medio y con uno mismo para la readaptación.
El duelo amoroso
El amor acaba. Los miedos se apoderan de la relación, los problemas se hacen más intensos, las personas cambian la relación no se actualiza y la desconexión emocional surge. Todas las cosas que se compartieron como la intimidad, la confianza, las responsabilidades, los sueños, las facturas, la forma de ver el mundo, las opiniones y la familia se vuelven solo recuerdos.
A diferencia de otros duelos, en la ruptura amorosa no hay un luto ni una ceremonia y no existe un proceder común; son dos personas interpretando la situación desde perspectivas distintas, uno probablemente lleno de dudas -sobre si la relación puede continuar en otro momento, cómo llego a un punto de no retorno y la incapacidad de entender las razones de su contraparte-, el otro es común que se mantenga firme en su decisión.
Ahora bien, tras la separación existen sentimientos ambivalentes hacia la persona: por un lado, están todos los aspectos positivos de la relación y por otro una representación negativa, fruto de la pérdida, donde reside la hostilidad, el rencor, la culpa, la sensación de traición y de inaccesibilidad lo que en psicología se conoce como distrés de la separación. Dicho concepto se caracteriza por la vulnerabilidad que atraviesa la persona al perder a la pareja con la que se sentía segura.
Cinco claves para superar la ruptura amorosa
Te presentamos algunos consejos para que empieces a hacerle frente a la ruptura sentimental:
- Sé realista con tus recuerdos sobre la relación
La mente crea muchas trampas. Es muy normal que recordemos a nuestra ex pareja como alguien insustituible y le restemos importancia a los malos momentos, pudiendo llegar a justificar todo tipo de comportamientos pasados. Ser realistas con lo que fue la relación y no fue la relación y esforzarnos en recordar todas las cosas que hicieron que ésta no funcionara, cobra mucha importancia. Para auxiliarte en esta clave, puedes escribir una lista con todo lo negativo que tenía nuestro ex o lo negativo de la relación y quedarnos así con los pies en la tierra.
- Cero contacto
Lo más importante para que podamos separarnos con el menor sufrimiento posible es que las emociones que nos invaden, que se experimentan como muy intensas vayan disminuyendo y tomando su cauce; para esto es imprescindible el paso del tiempo y pedir apoyo emocional a nuestra expareja es considerado buena idea para paliar la situación. La realidad es que lo mejor que podemos hacer es, durante un tiempo prudencial, evitar todo tipo de contacto con esa persona incluso, en ocasiones, con sus familiares y amigos, incluso amigos compartidos.
Con el tiempo podremos ver si podemos conservar una amistad u otro tipo de relación, pero durante el comienzo de la separación es mejor evitar el contacto y no estar vigilando sus redes sociales.
- Recupera tus hobbies

Durante la vida en pareja es habitual, aunque no muy recomendable, dejar de lado algunas aficiones por falta de tiempo o por invertir en acciones más del gusto de ambos. Ahora es el momento de volver a realizar todas esas actividades que antes no podías realizar, deja los pretextos fuera.
- Sé respetuoso con tus emociones
Durante la ruptura pasaremos por una montaña rusa de emociones, completamente normal en un duelo. Permítete llorar, tener rabia, enfadarte, frustrarte y gritar si es necesario. Solo sintiendo todo ese dolor, todas esas emociones podemos sanar. Esforzarte en lo contrario solo hará que éste se enquiste y, con el tiempo, será mucho peor.
Recuerda que intentar tapar el sufrimiento de una separación con nuevas relaciones es un error que te llevará a sufrir y a hacer sufrir a otras personas.
- Busca soporte emocional
En este tipo de proceso es muy importante contar con personas que nos acompañen, que nos escuchen y que nos validen. Si amigos y familiares no parecen ser opción será necesario buscar la ayuda de un profesional. A veces el proceso de separación se puede volver extremadamente doloroso y alargarse, la terapia te ayudará a gestionar tus emociones y a manejar los pensamientos irracionales (como del tipo “nadie más me va a querer”) que, inevitablemente, acompañan la ruptura amorosa.
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