fbpx

La psicología existencial -a diferencia de la humanista-, no solo reconoce la valoración del potencial humano, también observa y señala las limitaciones y las fuerzas innatas dentro del Ser que llegan a ser destructivas. Teorizo sobre cómo debían introducirse los valores dentro el marco terapéutico y hablar sobre el sentido de vida, aprovechado el contexto histórico de la época; incorporar el existencialismo en la psicología se ha traducido como el esfuerzo por comprender al hombre eliminando la escisión entre sujeto y objeto que torturó el pensamiento y la ciencia occidentales como lo han evidenciado Wilber (1990) y May (2000).

Es importante señalar que el Existencialismo es una base filosófica importante para la Psicología Humanista y que a su vez, la Psicología Humanista (cuyo aporte versa en ver a la persona como un proceso perpetuo y siempre en construcción, en la potencialidad inherente de la persona para revolucionar su concepto de vida y la necesidad de observar al Yo de una forma más compasiva además de la tendencia del Ser hacia la autorrealización y la congruencia, la cual a su vez se vuelve una herramienta imprescindible para la Psicología Transpersonal en tanto esta conecte con la conciencia espiritual) es una base teórica importante para la Psicología Transpersonal, lo que hace que la conexión entre Existencialismo y Psicología Transpersonal sea necesaria para comprender una parte de las bases filosóficas de la corriente transpersonal.

Desde el fundamento epistemológico que da el existencialismo a la psicología, este intenta incorporar la dimensión experiencial y subjetiva en sus planteamientos. Es decir, no nos hablan de un asunto sin referente, sino que, su vivencia, atraviesa la elaboración de las perspectivas que presentan. Es así como encontramos en dichos aportes inquietudes acerca de la libertad humana, el sentido de la vida, el miedo, la muerte, las formas de relación en el mundo, entre otros aspectos.

La condición humana

Irvin D. Yalom

En ese sentido, Irvin D. Yalom considera que los individuos perciben sus problemas psicológicos como resultado de una confrontación constante de los hechos crueles de la condición humana, aseverando que existen fuerzas de conflicto dentro del individuo. Además, plantea en obras como Un año con Schopenhauer o El día en que Nietzsche lloró, cómo es que se debe involucrar emocionalmente con los pacientes y para qué se debe hacer, porque desde su perspectiva este acompañamiento del terapeuta ayuda al paciente a responder preguntas o plantearse los propósitos de su existencia.

Un planteamiento similar es el propuesto por Rollo May (2000) quien refiere que, cuando el terapeuta ve a sus pacientes como objetos del tiempo, se corre el riesgo de tener una gran falta de entendimiento y la imposibilidad de la identificación. Nos convertimos entonces en observadores de pautas, de dinámicas y de pruebas de realidad mientras reproducimos la idea de Skinner sobre la arcilla que puede ser el Hombre, en cambio, si vemos el mundo a través de sus ojos y tratamos de encontrar los significados ocultos de sus propios símbolos, la empatía surge y con ello la posibilidad de la libertad y la elección.

Rollo May

Yendo en contra de la idea freudiana donde la infancia es la fuente fundamental del comportamiento psicopatológico, Yalom ideó cuatro “preocupaciones últimas” a través de las cuales explica los aspectos más diferentes del comportamiento humano. Estas cuatro preocupaciones últimas son: la inevitabilidad de la muerte, el aislamiento/soledad existencial, la libertad y la falta de sentido, muy de la mano con la dimensión experencial referida en líneas atrás.

Cabe mencionar que es notoria la influencia en su pensamiento de R. May, por ejemplo, en la obra el dilema del Hombre, este último escribe:

[…] Paul Tillich describió el dilema como la “libertad finita”: el hombre es finito en el sentido de que está sujeto a la muerte, la enfermedad, las limitaciones de la inteligencia, la percepción, la experiencia y otras fuerzas deterministas ad infmitum. Pero al mismo tiempo el hombre tiene la libertad de relacionarse con estas fuerzas: puede tener conciencia de ellas, darles significado y seleccionar e inclinarse a favor de tal o cual fuerza que actúa sobre él (May, 2000 p. 25).

La contribución maslowiana

Visto desde aquí, la propia existencia podría ser vista como estar en permanente elección y este aspecto no sería el único coincidente entre el Existencialismo y el Humanismo ya que ambos también comparten la importancia sobre el concepto de la libertad, Maslow por ejemplo, lo hace desde su conocido concepto de la autorrealización, la cual, en palabras de él “culmina con la experiencia cumbre, siendo esta lo que sentimos y tal vez sabemos cuando alcanzamos una auténtica cota como seres humanos […] La fusión del sujeto y del objeto […] la base empírica a la idea de trascendencia” (Maslow, 1983, p.12-13. Cursivas mías)

Abraham Maslow refería también que “el estudio existencialista de la persona y del vivir auténticos ayuda a desembarazarse de este fingimiento generalizado, de este vivir con ilusiones y temores, mediante una luz clara y sobria que revela el carácter enfermizo de dicho vivir, si bien ampliamente compartido” (Maslow, 1963 p.68). Se puede entender desde aquí que el estudio existencialista y su consecuente realismo, da pauta a pensar que solo cuando empezamos a creer en conceptos como la tranquilidad, el amor o la libertad es cuando tenemos en realidad la posibilidad de experimentarlas. Dicha experiencia como lo menciona Walsh y Vaughan “pueden abrir el camino a la transformación personal que conduce a la trascendencia, pero la condición para que esto se dé es que la identidad no quede atrapada por el ego y se rompa el esquema del conocimiento dualista” (Walsh, R. y Vaughan, F. 1982, p. 266 cursivas mías).

Es a partir de aquí que conceptos como la conciencia, la identidad, el condicionamiento y la personalidad comienzan a repensarse y trascenderse hasta constituirse como dimensiones de la transpersonalidad.

El enfoque existencial, entonces, coincide en lo transpersonal y también con el humanismo, en la preocupación por la búsqueda de aquello que se ha llamado propósito de vida, la búsqueda de significado y la necesidad imperante del ser humano de libertad e incluso de la creencia sobre ella, que el ser humano sea capaz de asumir la responsabilidad de sí mismo y de sus interacciones, de satisfacer sus propias necesidades y que si bien, la vida está plagada de sufrimientos y de preocupaciones últimas, hay algo más. Solo así podemos apelar a la capacidad inherente de todo ser hacia la autocuración.

Hasta el próximo leencuentro.

¿Te interesaría saber más? Checa nuestra recomendaciones: https://mentalizarte.mx/2022/11/11/aportaciones-de-jung-y-assagioli-a-la-psicologia-transpersonal/ https://www.bicaalu.com/cinco-fuentes-para-producir-inspiracion/

Facebook Comments

0 Comentarios

Deja un comentario

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

A %d blogueros les gusta esto: