“Depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de automutilación psicológica donde el amor propio, el autorrespeto y la esencia de uno mismo son ofrendados y regalados irracionalmente”.
Walter Riso
Por Psic. José Pastor
Establecemos vínculos de apego con las personas que se encuentran a nuestro alrededor desde nuestros años de infancia, es una realidad que, nos guste o no, tenemos necesidad de contacto social. El primer contacto lo tenemos con la mamá y con los integrantes de nuestra familia, y de ahí se van generando apegos hacia otras personas como son los amigos o la pareja. Cuando Mary Ainsworth y John Bowlby, propusieron la Teoría del Apego establecieron cuatro estilos de comportamiento: Seguro, Evitativo, Ambivalente y Desorganizado.
El Apego Seguro es aquel en el que el niño se siente seguro, querido, aceptado y valorado, busca la protección de su madre teniendo como respuesta una manifestación afectiva favorable, no les preocupa estar solos, además de que pueden llevar una vida afectiva sin contratiempos, de forma clara y directa, lo que le permite crecer de forma sana y buscar relaciones no tóxicas de amigos y parejas.
El Apego Evitativo es donde al niño no le satisfacen su necesidad de afecto y muy dentro de sí creen con toda certeza que no pueden confiar en su cuidador, por lo que crece como una persona a la que le falta la confianza en sí, le cuesta la cercanía de las demás personas, bajo una máscara de aparente seguridad, y aprenden a vivir sintiéndose poco queridos, tienen rechazo a la intimidad emocional y se les dificulta relacionarse en pareja.
El Apego Ambivalente es donde el niño no confía en sus cuidadores y tiene constantemente una sensación de inseguridad, la angustia de separación es constante y sólo se siente seguro cuando está con su cuidador. Cuando son adultos, tienen la sensación de que su pareja no les ame o no les desee.
El Apego Desorganizado es una mezcla entre el Apego Ansioso y el Apego Evitativo, del cual los niños presentan comportamientos contradictorios. Pueden tener descargas explosivas de comportamiento, como la destrucción de algunas cosas que están a su alcance. Como tienen desbordamiento de sus impulsos, tienen dificultada para intimar con sus cuidadores o con otras personas. En la etapa adulta, suelen ser personas con una carga enorme de frustración enojo, no se sienten queridas y a pesar de que necesitan sentirse amadas, rechazan abiertamente las relaciones de pareja o pueden ser personas con demasiados conflictos en sus relaciones de pareja.
Dicho de otra manera, el estilo de apego nos puede decir mucho de cómo se relacionó una persona con su madre o familiares cercanos y cómo lo hará en sus relaciones de pareja.
Entendemos que las personas buscan en algún momento con quien compartir su vida, sus intereses, su amor. Sabemos que el enamoramiento es precisamente un proceso que se va dando gradualmente hasta culminar, algunas veces, en uno de los proyectos de vida que son más importantes para las personas, vivir en pareja. El enamoramiento es esa fase donde realmente no se razona conscientemente, ¿la razón principal? como bien lo señalamos líneas arriba, en ese momento no se piensa con claridad.
Cuando hablamos de Dependencia Emocional, nos estamos refiriendo a esa relación sentimental de dos personas, donde lo que existe es todo, menos amor. Cada persona va buscando a lo largo de su propia experiencia de vida, con quien en algún momento compartirá el resto de sus días. Amor, unión, complicidad, compañerismo, confianza, comunicación, lealtad, y un largo etcétera, son los elementos deseables en esa unión. Lamentablemente, la mayoría de las personas, cuando están en esta búsqueda de la otra persona, no se detienen para averiguar sobre quién es la otra persona, sino que entran a una relación donde generalmente, son las mujeres quienes llevan la parte desfavorable, a quien seguramente le agredirán. No obstante, el problema no sólo radica en la violencia que están padeciendo estas mujeres, sino a la dificultad que tienen para alejarse de quien les está maltratando. Los testimonios de mujeres que son empoderadas en varios asuntos de su vida, de sus trabajos, que incluso tienen sueldos muy bien remunerados, en el terreno de las relaciones de pareja, parecen otras personas, donde no cuentan (aparentemente) con un poder dentro de sí mismas para poner fin a los maltratos que llegan a aguantar durante semanas, meses y a veces, hasta años o décadas, pues tienen la creencia profundamente arraigada de que no podrán vivir sin el otro. No suelen decirle a su pareja un “te amo”, sino un “te necesito”, en lo cual hay una enorme diferencia. La dependencia emocional es un problema que ha afectado a las personas de formas distintas, en especial a las Mujeres.
La racionalización no es la única técnica de autoengaño. Howard Halpern señala que “a veces las personas albergan creencias y sentimientos profundamente arraigados que desafían a la lógica y, lo que es peor, que pueden empañar el sentido común en lo que respecta al propio interés de la salud de cada individuo”. El autoengaño es dañino por donde quiera que se le vea. La creencia de que la otra persona cambiará, o peor aún, de que no encontrará a quién le ame en adelante en su vida, es harto frecuente en mujeres dependientes emocionalmente, este tipo de testimonios donde la mujer alberga este sistema de creencias erróneas, donde se siente desvalorada, consideran que sin su pareja, a pesar de ser un maltratador de tiempo completo, no vivirán o que ya no volverán a tener atractivo para otra persona e incluso que nadie las podrá querer como él.
Estos pensamientos que impiden ver con claridad ese momento de su vida y que operan de forma crítica son conocidos como Distorsiones Cognitivas y van en contra de la propia autoestima. Las distorsiones cognitivas son en realidad malos hábitos esto según Matthew Mckay y Patrick Fanning. Entonces, el tipo de creencias sobre que las mujeres no son nada sin su pareja, o que no valen nada o que están destinadas a vagar en soledad el resto de sus días, no son más que distorsiones del pensamiento.
De acuerdo a la Psicóloga Yolanda Pérez, una mujer con este problema presenta características como las siguientes:
- Baja Autoestima
- Idealización o fantasías acerca del “amor”
- Ansiedad
- Dificultad para la toma de decisiones
- Priorizan a su pareja en lugar de a ellas
- Necesidad de aprobación de su pareja
- Sumisas
- Necesidad de que el otro esté a su lado
- Miedo a la soledad
- Quieren exclusividad en las relaciones
- Culpa excesiva
- Preocupación excesiva
- Vacío existencial
- Creen no ser suficientes sin el otro
- Miedo o terror al abandono de su pareja
Por otra parte, el también Psicólogo Jorge Castelló, ante este panorama, describir otras características de la Dependencia Emocional:
- Se aferran obsesivamente a la persona de la cual dependen.
- Continuamente están con su pareja o bien la están llamando por teléfono, enviando mensajes al celular. Revisan o quieren revisar el teléfono de su pareja por sus sospechas.
- El objeto de su obsesión tiene la exclusividad en la vida de la dependiente emocional, amigos y amigas dejan de existir, la familia cuenta cada vez menos, el tema de conversación favorito es la pareja, entre otros.
- La ruptura amorosa es tan temida que no se tienen en cuenta los maltratos físicos o emocionales. La idea es aferrarse al “ser querido”.
- Intentarán reanudar la relación tras las aparentes rupturas.
- Escogen como parejas a narcisistas, egoístas, con gran “seguridad” en sí mismos y que se desenvuelven bien con el entorno.
- Todo gira en torno a su pareja.
- Se entiende que estas relaciones son desequilibradas.
- Pueden comportarse con algo que llamo El Síndrome de Tarzán, es decir, no sueltan una liana cuando ya tienen la siguiente, lo que quiere decir, no dejan una relación cuando ya están en otra.
- La pareja es el centro de la existencia de ella.
- Realmente no quieren a su pareja, la necesitan.
- Las dependientes emocionales suelen tener una historia de carencias afectivas importantes por parte de la familia, del entorno o de ambos.
- No toleran un Amor Maduro ni que las quieran de forma sana.
Por todo esto, es necesario aprender a diferenciar una relación sana de una relación tóxica para evitar cualquier tipo de maltrato. Se requiere tomar consciencia del daño que están teniendo las mujeres que están en una relación donde creen que sin esa persona no sobrevivirán y lo cual es totalmente falso.
Alejarse pese a sentir que necesitan al otro. Si hay pensamientos en volver, pensar detenidamente en lo sufrido. Trabajar en la Autoestima Propia. Dar los pasos necesarios para ir más allá de la idea de que es la única persona en el mundo. Saber que aunque le extrañen, no lo necesitan. Y, sobre todo, aprender a estar solas, el cual es un paso fundamental, antes de entrar a otra relación.
Es básico sanar primero, de preferencia con un proceso psicoterapéutico, para evitar problemas similares en el futuro. Una relación de pareja sana es posible.
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