Extraído de la psicología budista, la autocompasión se refiere a una forma de relacionarse con una misma, con bondad. Completamente distinta a la autocrítica y al victimismo, la autocompasión es el amor que necesito aprender.
La compasión, comprende el desarrollo de una sensibilidad hacia el sufrimiento del Yo y de las demás personas y seres vivos con un compromiso por tratar de aliviarlo. A veces es mucho más fácil sentirla por las personas que nos rodean, por otros seres vivos, pero la tarea parece titánica cuando se trata de aplicarlo a nuestra persona. Ser compasivas implica amarnos en la totalidad, sin condenarnos ni criticarnos.
El amor compasivo, eco del amor maternal, es un amor que da. Las madres dan alimento, nutrición y la posibilidad de la sobrevivencia. Algunas de ellas van un poco más allá dando también cierta dulzura, como la felicidad y la ternura, componente que solo puede dar una madre que no solo es buena, es en sí misma una persona feliz.
Al contrario, si ella siente una enorme carga, una experiencia de abandono, de soledad y de desprotección, de abuso y de sufrimiento es normal que exista desconfianza al entorno y hacia ella misma.
Claudio Naranjo señalaba el amor como un todo compuesto por diferentes tipos de amor -admirativo, pasional y compasivo-, todos ellos formados en relación a la función paterna, filial o materna.
Como adultas, es necesario dejar de culpar lo que se nos dio, o no, para ejercer la responsabilidad de aprender aquello que no pudieron darnos. Algunas veces no tuvimos una madre o un padre delicado y tierno, otras veces la responsabilidad y el deber les impidió estar mostrando su apoyo y cuidado, incluso, las hermanas y hermanos tampoco logran se esté refugio por aquellas sensaciones de rivalidad existentes.
¿Qué es el amor compasivo?
Así pues, podemos aprender a ejercer un trato hacia nosotras mismas incondicional, protector, generoso y contenido. Solo nosotras podemos saber realmente lo que se siente al ser nosotras, por lo que a veces solo nosotras podemos curar nuestras heridas de manera efectiva. Sabemos exactamente dónde duele, cómo duele y posiblemente, cómo aliviarlo.
Sentir autocompasión por nosotras mismas puede ser una forma de excluir al resto del mundo por un momento y privilegiar nuestra propia experiencia. Puede ser una oportunidad para nutrirnos y restaurar la sensación de que somos el centro de nuestro mundo, una forma de cuidado personal. Es decir, tenemos la posibilidad de desarrollar a esta madre interna.
Por tanto, tener autocompasión significa ser capaz de reconocer la diferencia entre tomar una mala decisión y ser una mala persona. Cuando tienes autocompasión, comprendes que tu valor es incondicional.
¿Cómo puedo empezar a amarme incondicionalmente?
Para el profesor adjunto de Psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, Ravi Shah[1], la autocompasión es fundamental para una autoestima y una resiliencia saludables. Inicialmente se necesita un esfuerzo consciente incluso para tomar conciencia de nuestros procesos mentales, pero la mayoría de las cosas que valen la pena requieren práctica, puedes iniciar con alguno de estos puntos:
- Date el permiso de equivocarte
Puede parecer trillado, pero darse el permiso de tener errores o de tener tiempos de nuestra jornada improductivos, es parte de ser personas.
El amor que debes de aprender no tiene nada que ver con amarse cuando eres perfecta o productiva, más bien, es amarte aun cuando te cuesta trabajo hacerlo.

- Trátate como tratarías a la persona que más amas
Si a tu imaginación llega un niño (a) sabes que cuando se lastima, un abrazo y un “sana sana” parece ser el mejor remedio. En cambio, si al lastimarse alguien le gritara por haberse lastimado seguramente intuyes que tardaría mucho más en calmarse.
Se trata entonces de tratarte de la misma forma que necesitaría este niño en una situación dolorosa.
Más adelante…
- Rastrea evidencia contraria
Cuando creemos que somos las peores personas del mundo solo vemos aquellos “archivos” que lo demuestran. Tenemos en nuestra mente todas las veces que nos hemos equivocado, las veces que hemos procedido, pero sin tener el resultado esperado.
Danielle Krysa, autora del libro Tu crítico interior se equivoca, lanza una pregunta muy pertinente “¿Por qué esa vocecilla no dice nunca esta boca es mía cuando tienes éxito?” La autora recomienda que pongas por escrito las palabras que te dice esa parte crítica de ti. Debajo de esas palabras reformula la oración y ponla en positivo.
Yo, además te invitaría a tomar la decisión consciente de buscar certezas de que esa parte de ti no es tan confiable, por ejemplo, la parte crítica puede decirte que no eres buena para dibujar, que no sabes hacer algo que disfrutas hacer. Probablemente la evidencia contraria puede ser que lo haces para ser buena o algo más simple, porque lo disfrutas.
- Trabaja con un psicoterapeuta.
Sabemos que nuestro cerebro tiene la capacidad de reaprender, pero cultivar nuevos patrones de pensamiento o comportamiento requiere esfuerzo. La terapia te proporcionará un entorno seguro en el que el terapeuta puede ayudarte a observar esos pensamientos y sentimientos, puedes verte con una perspectiva realista de ti misma.
Con el tiempo, esas habilidades se irán internalizando y formarán parte de tu propia perspectiva de vida.
Por supuesto que también puedes implementar toda tu creatividad y crear otras alternativas ¿Qué tal un diario creativo para ser amable contigo mismo? ¿Un collage de frases? ¡Tú decides! Lo importante es que tú misma seas el soporte que necesitas y te des el confort que buscas.
Si quieres saber más sobre este tema puedes checar:
https://mentalizarte.mx/2020/01/12/aprendiendo-a-decir-no/
[1] https://www.21daykindnesschallenge.org/blog/self-kindness-is-not-narcissism (Recuperado el 12-11-2020)
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