Iniciar una relación de pareja suele ser una moneda al aire, pero iniciar una relación por las causas equivocadas genera más incomodidad y molestia, en el mejor de los casos.
A veces, en esta etapa de ensayos y descubrimientos se llega a pensar que es una mala idea, una decisión precipitada e incluso contemplar el posible fracaso de la relación.
Independientemente de estos pensamientos, es necesario que hagas consciencia de cuáles son las decisiones equivocadas por las que se inicia un noviazgo y que, por lo general nos conducen al sufrimiento. Aquí te presento algunas:
- Miedo a la soledad
Este miedo, comúnmente irracional, produce angustia, desesperación y frustración. Viene de la mano de la baja autoestima, de comparase así mismo y de ver críticamente en nosotros eso que no nos gusta y que nos negamos; la llamada Sombra vista desde Carl G. Jung.
Dicho espectro emocional puede derivarse de la rumiación de pensamientos (de los cuales tenemos un artículo al respecto, podrás ver el link al final) como ¡Quién se va a fijar en mí!, No soy suficiente y así hasta el infinito.
Cuando el miedo a la soledad está presente, la amenaza es tan grande que es normal que se acepten situaciones incomodas o haya conformidad hacia la relación. Paradójicamente, empezar una relación por esta causa, no aleja el sentimiento de abandono ahora sentida desde la pareja.
- Por ir al rescate
Comenzar un cortejo con aquel chico que se muestra malhumorado, triste, que no sienta cabeza o con quien parece que solo ha tenido mala suerte en la vida con la idea romántica de que el amor todo lo puede, o que tu esfuerzo lo va a cambiar, siempre será una mala idea. Sobre todo, porque eso no va a suceder.
Otras causas
- Rebeldía
Más claro entre las y los adolescentes, iniciar una relación se vuelve buena idea cuando lo que se quiere es llevar la contraria a ese comentario escuchado al menos una vez por todos nosotros: “No te conviene”.
Ese momento para iniciar un romance parece ser el indicado para rebelarse ante las imposiciones de una figura paterna o materna que se considera limitante.
Por supuesto, en una relación que inicia así, la convivencia no es nada fácil.
- Un clavo saca a otro clavo
Después de una ruptura amorosa o una decepción, algunas personas se precipitan a buscar un nuevo amor. Uno que salve del dolor y que nos entretenga para no pensar.
Al final, las tristezas no se han ido, quizás se han multiplicado y hasta puede que aparezca ese inquilino incomodo al que nunca sabemos cómo reaccionar, la culpa.

Ahora bien, la necesidad de sentirse amado es universal, pero cuando nace de la necesidad de crear un instrumento de evasión o de algo que compense la carencia de afecto, la relación no se basa en el amor, se basa en la necesidad.
Y de pilón
- La Presión social
Aunque en la actualidad ya es menos común que se presente, todavía no ha dejado de existir. Las expectativas sociales hacia la mujer en relación al matrimonio y la maternidad son aún demandantes. Aún existen ginecólogos que inician la persecución en cada revisión cuando aseguran que si quieres tener hijos el momento es ya.
Evidentemente, iniciar un romance con una persona a causa de la presión social es como una compra de pánico, nunca será la mejor opción y en un alto porcentaje se vive con arrepentimiento.
Empezar una relación amorosa, por lo general, trae una dosis de miedo y duda y sea cual sea la forma en que inicias un noviazgo, siempre contempla la dimensión de enfrentarse con esa otra persona y de conocerte, como diría Krishnamurti “la relación es el espejo con el que te descubres”, así que toma la decisión de forma consciente.
Hasta el próximo leencuentro.
https://www.bicaalu.com/atico/2020/ideas_inspiradoras_20200203.php
https://mentalizarte.mx/2018/07/07/convivir-con-la-sombra-el-lado-oscuro-de-mi-ser/
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