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Muchos de nosotros permanecemos en una lucha constante en varios aspectos de nuestra vida, incluso parece que nos dirigimos siempre a los mismos problemas pero con personas diferentes. Para salir del paso podemos decirnos que se trata de mala suerte pero, para Eva Pierrakos y Judith Saly -divulgadoras del método Pathwork- estos patrones repetitivos tienen su origen en el intento de reproducir la situación de la infancia con el fin de poder corregirla; la manera más frecuente de remediar esta situación es mediante la elección de pareja.mag-pole-105542-unsplash

El origen de esto tiene que ver, entre otros factores, con nuestra llegada al mundo, sin una madre o cuidador haciéndose cargo de nosotros, simplemente no podríamos sobrevivir debido a nuestra extrema vulnerabilidad. A partir de este momento recibimos lo que nos dan y aprendemos –de forma inconsciente- que estamos en deuda, aun cuando nuestra percepción más adelante sea la de no haber recibido lo que merecíamos en realidad.  Para Isabelle Filliozat, psicóloga francesa pionera en la crianza positiva infantil, señala que un niño que no ha sido amado por sus padres está en deuda (por paradójico que esto parezca) puesto que se le mete en la cabeza que les debe gratitud a sus padres por el simple hecho de estar vivo.

Entonces, al tratar de reproducir y corregir la situación escogemos parejas con aspectos similares a los de nuestro padre o madre, deseando que esta vez, seamos aceptados y amados por quienes somos y pagar nuestra deuda. Volviendo a ser como esos niños no nos damos cuenta que recibiremos el mismo tipo de amor basado en el mismo tipo de elección, repitiéndose situaciones como mi padre era alcohólico y mi esposo es alcohólico, cuando esto sucede seguramente ya estamos hablando de una dependencia emocional, cuyo origen es la represión emocional.

Cuando un niño hace berrinche, la mayoría de los padres siente que ya no le es posible controlarlo y recurre a los golpes o las amenazas, el niño entonces no puede sentir enojo o tristeza (para una niña esto es más difícil de llevar pues se espera que sea cariñosa y amable) y se vuelve sumiso con el afán de protegerse. Aquí también se instauran los juegos de poder, que tienen siempre la misma función, evitar la reaparición de emociones reprimidas, esta motivación inconsciente necesita ocultar el pasado y olvidar la historia personal.daniel-garcia-528854-unsplash

Por eso muchas personas tienden a bloquear y a decir que fueron felices, que sus padres les dieron lo que podían, que su pareja esta centrada en el trabajo, que lo que ha sucedido ha sido para beneficiarlos -hacerlos más fuertes, ser expertos en no mostrar emociones- sin embargo, toda esta situación necesita mucho más que la evaluación intelectual (racional) es necesario sentir el dolor de este momento, que es el mismo dolor de ese pequeño.

Trabajar sobre estas heridas internas nos ayudaran a adquirir una nueva visión, entender nuestras elecciones. Podrás comprender que elegiste esa pareja, no porque todas sean iguales si no porque te estas relacionando desde la herida, que no todo el mundo pretende lastimarte, pero tu miedo, tu frustración y tu retraimiento pueden también provocar respuestas inmaduras en los que te rodean.

Carl Jung, psiquiatra y fundador de la psicología analítica, tiene una peculiar frase que postula: “Hasta que no hagas consciente lo que llevas en tu inconsciente, éste último dirigirá tu vida y tú le llamarás destino” y es que mientras nuestras heridas infantiles, nuestras necesidades insatisfechas, la decepción y el caos de nuestros primeros años sigan intactas en las profundidades de nuestra mente, no podremos resolver nada.

Hasta el próximo leencuentro. 

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