Hola, soy Angélica, tengo un niño en edad preescolar y ahora que ha regresado a la escuela siento que por fin tengo algo de tiempo para mí. Se que puede sonar absurdo pero extraño arreglarme, tomar con calma mi desayuno, leer, bueno hasta salir a caminar un rato. Se me ocurrió compartir esta situación con una amiga que también tiene hijos pequeños y me dijo que era una egoísta, que esas cosas que quería hacer eran banalidades, que cuando mi hijo creciera y se fuera tendría mucho tiempo de sobra para hacer todas esas cosas y que ahora debería disfrutarlo más. La verdad me sentí mal, pero también reconozco que a veces me extraño. Antes de ser mamá tenía un trabajo de tiempo completo, ahora trabajo por mi cuenta y aunque ha sido un espacio muy bueno para poder estar con mi hijo, a veces me siento muy saturada, ¿de verdad estoy siendo egoísta?
Angélica, gracias por escribirnos. Nos planteas un gran, gran tema que nos cuestiona a todos los seres humanos, pero particularmente más a las mujeres por la gran exigencia social que tenemos: ser buenas hijas, madres, amigas, profesionistas, amas de casa, parejas, mamás y más. Visto desde ahí nos queda tan poco tiempo para ser nosotras, que nos perdemos en el “deber ser” que se espera de nosotras y/o que nos impone la sociedad.
El egoísmo es una palabra muy fuerte, desde su definición etimológica proviene de las voces latinas ego (“yo”) e –ismo (sufijo que expresa tendencia o doctrina), “aparece en la lengua española en 1786, posiblemente tomada en préstamo del francés, el inglés o el italiano.”
Pero más allá de la definición etimológica, el tema es la conceptualización ética-moral negativa que se le ha dado: “la gran mayoría de las religiones y códigos éticos lo rechazan y fomentan en su lugar la fraternidad y el amor entre las personas. Es uno de los rasgos de personalidad que en los cuentos infantiles se atribuyen a los personajes malvados o destinados a aprender una lección, como ocurre en El gigante egoísta de Oscar Wilde (1854-1900).”
Egoísmo, ¿malo o bueno?

Desde el punto de vista psicológico, hablamos de tres tipos de egoísmo:
- Egocéntrico: aquel que nos impulsa a realizar acciones que buscan el bienestar individual sin considerar las necesidades y los deseos de los demás. Este es el que corresponde con el egoísmo “malo” o el que calificamos como negativo.
- Consciente: permite al individuo hacerse responsable de su bienestar, atender a sus necesidades, deseos y expectativas sin dañar a los demás.
- Altruista: se refiere al placer que experimenta alguien cuando hace algo bueno por los otros. La parte “egoísta” se refiere a aquella que busca el bienestar de quien da, solo que ese bienestar beneficia a los otros, de ahí que, si lo analizas, nos habla de un balance porque hay una ganancia para todos.
El supuesto “egoísmo” al que hace referencia tu amiga, aquel en el que explicas que buscas tener un espacio para ti, se refiere en realidad al egoísmo consciente, es decir a esta necesidad real de mirar por ti y es una señal de salud mental. Cuando procuras cuidarte, alimentar tu cuerpo, tu mente, tu espíritu, en realidad estás trabajando en fortalecer tu amor propio…ese que tanto sale lastimado cuando le damos prioridad a los demás por encima de nosotras mismas.
Criar un bebé provoca un desgaste solo comprensible por quienes han educado uno. Implica disponibilidad completa 24/7, no solo por los requerimientos del pequeño sino por los que nos impone la sociedad, ejemplo de ello es el malestar que te genera el comentario de tu amiga.
Ser mamá no debería desconectarnos de nosotras mismas, por el contrario, para poder estar ahí necesitamos estar bien y eso implica atender nuestra salud, descansar, crear espacios para enriquecer nuestro espíritu, socializar. Una imagen muy clara de esto es lo que sucede cuando estamos en un avión, si recuerdas las instrucciones en caso de que debamos utilizar las máscaras de oxígeno, son que primero nos las pongamos los adultos y luego les ayudemos a los niños. ¿Por qué? Porque si nos desmayamos por la falta de oxígeno ya no podremos atenderlos. Es una linda metáfora del amor propio, ¿Cómo puedes cuidar al otro cuando ya no tienes reservas?
El amor propio no aplica solo para mamás, ¡es para todos! ¿Has escuchado hablar del burnout de los cuidadores? Es el término que se ocupa para describir el agotamiento extremo al que llegan muchas personas a consecuencia de cuidar a un familiar que padece alguna enfermedad incapacitante o crónica. El burnout genera un desgaste tan delicado que muchas veces el cuidador termina requiriendo más atención que el propio enfermo.
La falta de amor propio también está presente en las relaciones laborales, de pareja, fraternales, parentales o de amistad. Se trata de aquellas personas que están tan, pero tan atentas en satisfacer las necesidades del otro que son incapaces de mirarse a sí mismos.
Del egoísmo al amor propio
El psiquiatra español Enrique Rosas lo describe como “el juicio positivo sobre uno mismo al haber conseguido un entramado personal coherente basado en los cuatro elementos básicos del ser humano: físicos, psicológicos, sociales y culturales”.
Uno de los principales detractores del amor propio radica en confundirlo con el egoísmo, con toda la carga moral de la que hablamos. ¿Cómo diferenciarlo? Aquello que se hace a favor del amor propio jamás dañará intencionalmente a los demás ni pasará por encima de ellos. Este tema puede ser muy delicado sobre todo cuando nos enfrentamos a personalidades manipuladoras que nos hacen responsables de su salud, bienestar e incluso de su felicidad, ¡cuidado! Si una familiar, amigo, pareja, etc., argumenta que es infeliz por tu egoísmo, porque le das prioridad a tus necesidades básicas por encima de las suyas, como por ejemplo ir a una cita médica en vez de salir con él o ella, en realidad lo que está atacando es tu amor propio.
En tu caso, Angélica, tener tiempo para descansar, relajarte, arreglarte son elementos básicos para recargar pila, para reconectar contigo y después, cuando te reencuentras con tu hijo, disfrutarlo más, ser más empatía con lo que te demanda porque ya te atendiste mientras él no estaba abandonado, estaba en su kinder, jugando, aprendiendo.
Necesitamos diferenciar el sacrificio del autocuidado. Hay una corriente muy fuerte que aún sigue creyendo que el amor verdadero implica abandonarse a uno mismo como un acto de generosidad, ¿y la generosidad hacia ti? ¿y la auto empatía? Enseñamos con lo que hacemos. Cuidarte también es una forma de mostrarle a tu hijo que todos necesitamos atendernos y procurarnos. ¿Ves cómo aquí no cabe el egoísmo? Por el contrario, necesitamos más hombres y mujeres que se ocupen de sí mismos, –sin dejar de mirar a los demás–, para que estén menos enojados con la vida, sean más empáticos y puedan conectar con el altruismo.
Pilares del amor propio:
– Sé compasiva con lo que necesitas
– Aprende a validar tus emociones
– Deja de compararte
– Escucha tus necesidades
– Aprende a poner límites
Sabemos que procurarnos puede ser complicado, más si sientes que te cuesta trabajo diferenciar entre el egoísmo y el autocuidado. ¡No te preocupes! En Mentalizarte estamos preparados para ayudarte, ¡consúltanos!
Esta columna llega a ti gracias a la colaboración de Clara Sánchez, comunicóloga y psicoanalista. Queremos acompañarte en tus procesos de sanación. Envíanos tus consultas o preguntas, puedes utilizar un pseudónimo o escribirlas de manera anónima. Les daremos respuesta en las siguientes entregas. Escríbelas en nuestra sección de comentarios o envíalas a csanchez28@gmail.com.
Fuentes:
– Concepto, extraído de https://concepto.de/egoismo/#ixzz88Q0RrdTN
– SANCHIS (2020) Qué es el amor propio, su importancia y cómo construirlo, en Psicología-online, recuperado de https://www.psicologia-online.com/que-es-el-amor-propio-su-importancia-y-como-construirlo-4953.html
Tenemos más contenido similar para ti, quizá te interese: https://mentalizarte.mx/2022/01/03/que-hago-para-balancear-mi-profesion-con-mi-trabajo-de-mama/
0 Comentarios