Como padres, no siempre se tienen las respuestas a todas las preguntas que realizan los niños, ya que ellos son curiosos y aprenden gracias a ese mismo interés que les caracteriza. Pero ¿se imaginan que esa curiosidad sea saciada por lo que ven en redes sociales o bien, por la información que les brindan sus amigos, quienes tienen la misma o menor experiencia que ellos? Pues ese, será su aprendizaje.
La familia, es la base que se tiene para que los niños crezcan con menos dudas y más confianza sobre diversos aspectos de su día a día. Por ello, es importante que los padres tengan la disposición de estar abiertos a las preguntas que sus hijos lleguen a tener, a fin de evitar más cuestionamientos de los que ya tienen o para contrarrestar el daño que les pueda ocasionar el estar mal informados.
La sexualidad es parte de nosotros, todos tenemos la capacidad y curiosidad de experimentar… de sentir, pero en ocasiones influye mucho el medio que rodea al individuo. Hay prohibiciones, cosas o palabras estigmatizadas que no permiten a las personas desarrollarse libremente en ese aspecto, lo que se traduce -la mayoría de los casos-, en hacer las cosas a escondidas.
En lo que refiere a los niños, a ellos les cuesta trabajo entender qué es lo que sucede en su cuerpo o por qué son diferentes a otros menores; mientras que, a los adolescentes les es complicado expresar esos cambios o preguntas que tienen.
Los padres, así como los adultos responsables del cuidado del menor no tienen por qué contar con todas las respuestas bajo la manga, debido a que probablemente tampoco se les educó en ese aspecto. Por ello, y con mayor razón, es importante que su actitud sea de apoyo y comprensión. Si de niños nos quedamos con el pensamiento de que lo que hacíamos estaba mal, esa idea nos seguirá hasta la vida adulta y entonces, nuestros hijos creerán lo mismo.
En este sentido, habrá que hacer un cambio en la estructura del pensamiento como adultos para poder ayudar a los niños, que claramente necesitan de nuestra experiencia y conocimiento. Asimismo, actuar de la manera más madura posible, tomar el tema con seriedad, no hacerlos sentir culpables por las cosas que les suceden y evitar argumentos tales como “abusaron de ti porque tú lo provocaste”. De lo contrario, la respuesta de los menores será ocultar este tipo de situaciones, debido a que los padres no realizan su función de soporte adecuadamente.
¿Por qué es importante el hablar de estos temas con ellos?

Porque podemos evitar enfermedades, embarazos, abusos… de esta manera se sentirán confiados, tranquilos de vivir y experimentar una sexualidad sana. Por lo tanto, aprenderán que el placer no es nada malo, así como tampoco lo es el estar en contacto con su cuerpo.
Entre los 7 y los 10 años, los niños empiezan a tener curiosidad, de saber; qué es lo que pasa con su cuerpos y con una simple explicación no logran entenderlo por completo, eso no quiere decir que aún no están preparados para saber dicha información sino que están creciendo y aprendiendo y habrá qué buscar la forma de que ellos aprendan esta información.
A 10 años, sus cuerpos empiezan a tener cambios y por ello comienzan a tener mayor curiosidad de lo qué le sucede.
Entre los cambios físicos que enfrentan los niños y niñas entre los diez y quince años, tenemos que los niños experimentan:
- Aumento de estatura del niño.
- Los testículos y el escroto crecen.
- El vello en las axilas, vello facial y púbico empieza a salir.
- Se modifica la musculatura corporal.
- Cambio de voz.
- Presencia de acné.
- Mayor numero de erecciones.
Mientras que las niñas experimentan:
- Los senos comienzan a desarrollarse.
- Crece vello púbico.
- Inicio del periodo menstrual.
- Aumento en estatura y peso.
- Presencia de acné.
Este proceso no se da de la misma forma y en la misma velocidad en niñas y niños. La pubertad puede aparecer en las niñas, entre los 9 y los 14 años, y en los niños de los 10 a los 15 años. Aunque puede haber desarrollos físicos en edades más tardías o incluso iniciar con este proceso de manera precoz.
Como padres o cuidadores es importante el tranquilizar y brindar empatía, para que los niños puedan adaptarse a estos cambios y adaptarse a ellos. Para lograrlo, es relevante trabajar en límites, el respeto hacia uno mismo y los demás. Hay muchas situaciones que se pueden prevenir a partir de la información, si uno como cuidador no tiene los elementos para informar, hay que tomar conciencia de esas limitaciones y/o carencias con el objetivo de buscar ayuda y poder contar con las herramientas adecuadas, de esta manera se podrá aprender junto con los menores y hacer un trabajo en equipo.
Se cree que si a los niños se les habla sobre estos temas, se les motivará a iniciar una vida sexual temprana o incentivaría la elección de preferencias homosexuales, ideas como éstas contribuyen a eludir el tópico y reaccionar de forma negativa, por ejemplo: en películas, se adelantan las escenas “fuertes”; si los infantes llegan a descubrir a sus padres teniendo relaciones sexuales, se inventa una historia, que obviamente el niño no cree. ¿Por qué no ser honestos? Hay que elegir las palabras adecuadas en función a la edad del menor, ya que para empezar las dudas son diferentes, tampoco les vamos a ofrecer referencias para las cuales no estén preparados.
Los niños se acercarán a las personas con quien tengan vínculos y le generen un ambiente de comprensión y confianza, y ese vínculo le enseñará a través de los gestos, palabras, actitudes. Y esa es la forma que el menor entenderá que así debe de vivir o experimentar su sexualidad. La información que se les brinde va a influenciar también en la forma en cómo se van a relacionar socialmente, cómo van a expresarse y así, podrán tener una vida responsable de sus acciones.
Cuando un niño de 7 años nos cuente que una niña de su salón le gusta, recordar cómo nos sentimos nosotros a esa edad, qué hubiéramos necesitado qué alguien nos dijera en lugar de ridiculizarlo o reprenderle por esto que seguramente con tanto esfuerzo nos está confiando. Ya que si reaccionamos así lo más seguro es que no nos vuelva a contar nada. Se necesita tener un respeto por su intimidad, acompañarle, estar cerca para solucionar sus dudas. Mas no molestarle, vigilarle y controlarle.
¿Dar información o esperar a que la pidan?
Es muy posible qué si nosotros esperamos a qué ellos se acerquen , quizá eso no pase, ya que ellos pensarán que nosotros no queremos hacerlo, o no sabemos hacerlo, (y quizá tienen razón) pero si nosotros tomamos la iniciativa de ir brindando información , ellos sabrán que pueden contar con nosotros, que tienen un espacio seguro para abrir sus dudas y que no tenemos miedo de abordar esos temas.
AL HABLAR DE ESTO ¿LES INCETIVAMOS A COMENZAR SU VIDA SEXUAL A TEMPRANA EDAD?
No, es ayudarles a que entiendan que pasa con sus cuerpos y ayudarles en ese proceso de adaptación de los cambios que están ocurriendo o ocurrirán, de una manera sana y tranquila. Pero es muy importante, no dar por hecho que con una vez que se les brindó la información ya lo van a saber todo, es necesario el reforzar constantemente, adelantarnos a las preguntas que puedan llegar a hacer para ya tener una respuesta clara en relación a su edad.
Todos somos seres humanos, tenemos derechos y responsabilidades; también hay que entender que todos cometemos errores pero existe la forma de que esos errores no sean irreparables: CON COMUNICACIÓN Y CONFIANZA.
Este texto llega a ti gracias a la participación de nuestra colaboradora la Psic. Ana Medel. Si desea contactarla, puede escribirnos su inquietud en la caja de comentarios o directamente en psicomedel249@gmail.com
***
Imagen de: https://historia-arte.com/obras/el-rapto-de-psique
0 Comentarios