Aún no tenemos claro que pasará, no sabemos por cuánto tiempo tengamos semáforo naranja y otros sospechan que regresaremos a semáforo rojo. Sea como sea, muchos negocios han sido sorprendidos por la pandemia. Tal vez no se habían establecido arreglos de trabajo a distancia o no se había explorado la posibilidad o simplemente no parecía real. Muy pocos podrían haberse preparado para este estrés a nivel personal, y mucho menos tratar de controlar el estrés profesional.
La realidad de esta emergencia sanitaria hace que caer en una burbuja de hipervigilancia y negatividad sea increíblemente tentador y si a eso le sumamos que muchas personas están viviendo jornadas más largas por el home-office, el estrés y la preocupación parece el pan nuestro de cada día.
Ahora podemos añadir que las videoconferencias realizadas en Zoom o Google meet –que se han posicionado como un instrumento esencial para el trabajo, la comunicación e incluso la educación durante esta pandemia-, son mucho más agotadoras que todas las interacciones cara a cara que solíamos tener; el vernos por un pequeño cuadro que nos limita a acceder información tan importante como ilustradores o emblemas propios de la comunicación no verbal, sin contar que estar a expensas de la calidad del vídeo hace que nuestra experiencia se torne frustrante.
Para el profesor de la Universidad Estatal de Norfolk en Virginia, Andrew Franklin, las pantallas con varias personas aumentan el problema de la fatiga. La vista en galería supone una dificultad para la visión central del cerebro y lo obliga a descodificar a tanta gente sin tener nada significativo de ninguna. Además, para algunas personas, la división prolongada de la atención genera una sensación de desconcierto; el cerebro se siente abrumado con el exceso de estímulos mientras está concentrado en buscar señales no verbales que no puede encontrar.
Tres tácticas para manejar el estrés profesional
Mientras aprendemos a desenmarañar el asunto de las videoconferencias, el sentirnos cohibidos o sobreestimulados nos generará estrés. Por eso, he pensado en algunas estrategias que pueden permitirte realizar mejor tus funciones profesionales:
- Haz las paces
La verdad es que todos estamos siendo desafiados, y no hay una forma segura de hacer las cosas que evite sentir el pellizco de algo que esta fuera de nuestro control. Puede ser normal el sentir que estas comenzando desde cero.
Ten en cuenta que antes de la pandemia por COVID-19 tenías talento, habilidades, un plan, eso no ha cambiado, todavía tienes habilidades e incluso puedes beneficiarte de tu experiencia previa.
No te pelees con los esfuerzos que sí haces.
- Reconoce tu necesidad
Si estas sintiéndote abrumado o incomodo y no necesitas la cámara, apágala. Si es una reunión que puedes hacer por teléfono, hazla. Al final, una llamada telefónica solo necesita prestar atención a la voz. Si es un tema que se puede tratar por correo electrónico, mejor redacta tu mail. Guarda tu energía para cuando sea necesario entablar una videoconferencia.
- Realiza pausas
Liz Fosslien y Mollie West Duffy, en su artículo en Harvard Business Review[1], recomiendan hacer breves pausas minimizando la pantalla o colocándola detrás de otras aplicaciones ya abiertas. Tales pausas se demorarán apenas unos segundos, pero se traducirán en no pocos beneficios para nuestros niveles de estrés y el descanso de nuestros ojos.
Dichas pausas no tienen el objetivo de hacer otras cosas si no simplemente un poco de relajación.

Otro punto importante en el que hacen hincapié es en la importancia de mantener la duración de cada reunión entre veinticinco a cincuenta minutos. Si es necesario prolongarla más, hacerla sin cámara o tener intervalos sería la mejor opción.
El pilón
- Pon tu propio ritmo
Tenemos una tendencia a poner límites de tiempo a ciertas cosas, particularmente cosas que incomodan a las personas, como la tristeza, el duelo, la curva de aprendizaje. Cosas que realmente merecen tiempo y que no deberían estar sujetas al límite impuesto por nadie más que la persona a la que pertenecen las experiencias.
Recoger las piezas, reexaminar el camino a seguir o adaptarse a las pérdidas que el coronavirus ha dejado (el cambio de rutina, la imposibilidad de reunirse, la estabilidad financiera, el desempleo, entre otros) no es algo que deba ser apresurado, de hecho, una sugerencia para vivir el duelo es no hacer cambios bruscos o exigirse una toma de decisiones por al menos tres meses.
La vida es más parecida a un maratón que a un sprint.
Estos puntos por supuesto son algunas formas de gestionar el estrés, pero también puedes realizar ejercicios de respiración, meditación, caminatas e incluso limitar algunos alimentos que nos hacen vulnerables al este como el azúcar y las grasas saturadas. Todo depende de tu estilo de vida y de tus necesidades.
Si quieres saber más sobre técnicas de respiración, te recomendamos nuestro artículo de junio https://mentalizarte.mx/2020/06/20/tecnicas-de-respiracion-para-sobrevivir-al-semaforo-naranja/
Hasta el próximo leencuentro.
También te puede interesar
¿Cómo acallar los pensamientos intrusivos?https://www.bicaalu.com/atico/2020/ideas_inspiradoras_20200203.php
[1] https://hbr.org/2020/04/how-to-combat-zoom-fatigue?ab=at_articlepage_relatedarticles_horizontal_slot2
0 Comentarios