Por Psic. José Pastor
Ha terminado el año 2017, y con él, todo un cúmulo de experiencias que ahora forman parte del pasado.
Para algunas personas es necesario hacer una especie de balance sobre lo ocurrido, sobre lo que ha terminado y lo que está por empezar. Para otros, no les es fácil tener o realizar una planificación detallada acerca de los proyectos venideros, que vaya siendo “como Dios quiera”. Para algunos, que han sido los menos, el año les ha ido muy bien y se sienten satisfechos. Para otras personas más, era casi urgente que terminara el 2017 porque ya no hallaban la forma en cómo salir de tanto conflicto que se tiene. Sin embargo, es posible ver que estos últimos, probablemente tengan la creencia de que una vez que den las doce de la noche, algo mágico ocurrirá para que su vida vaya a cambiar radicalmente, como por arte de magia.
La realidad es que no ocurre eso, y las personas siguen siendo las mismas, los problemas siguen siendo los mismos, las circunstancias siguen siendo las mismas, el lugar en el que se habita sigue siendo el mismo, la vida sigue siendo la misma… pero hay esa sensación de que algo ocurrirá en el año nuevo, de que algo va a cambiar, de que a lo mejor nos irá mejor. Y no estoy haciendo una crítica a las personas optimistas, dado que es sano mantenerse así, porque ser resiliente muestra una buena fortaleza ante los problemas. Lo que hago es observar detenidamente este fenómeno, el del finalizar el año y el que inicia. Así como se sigue viendo por todas partes los rituales que hace cada uno para el dinero, amor, suerte, en fin. Van desde la ropa interior de tal o cual color, pararse a las doce de la noche en determinado lugar, las uvas, salir con las maletas, en fin. Son muchos los rituales, de los cuales, el autor de este artículo, no conoce todos, y únicamente nombro los que recuerdo en este momento. Pero, más allá de estos rituales, también es necesario hacer un balance reflexivo de lo que se quiere para el año nuevo, para el que inicia.
Los asuntos que queremos hacer, no surgirán por arte de magia. La pareja que queremos tener, no será una buena pareja si no aprendo a comunicarme con ella y si no me creo merecedor (a) de tenerla. La relación con mis compañeros de trabajo probablemente no mejorará, si no pongo en claro mis objetivos a alcanzar. Si quiero bajar de peso o dejar de fumar o hacer ejercicio para mejorar mi salud, qué estoy dispuesto a hacer. Los proyectos que podría comenzar, cómo los queremos abordar, qué tengo que hacer para llevarlos a cabo.
Para eso es necesario plantearnos algunas preguntas que nos den una mejor claridad de lo que queremos para este nuevo ciclo que apenas comienza, y en el rubro donde nos interesa fortalecernos o iniciar. Algunas de esas preguntas que puedes hacerte a ti mismo son:
- Si lo que tengo ahora, no me satisface, ¿cómo creo que debería ser?
- ¿Tengo idea de hacia dónde me dirijo?
- ¿Qué me gustaría que pasara hoy en mi vida que no está pasando?
- ¿Qué estoy tolerando que no me hace feliz?
- ¿Qué quisiera hacer antes de morirme?
- Mi vida sería ideal de no ser por…
Es importante tener en cuenta que a veces las respuestas pueden no agradarnos y esto nos puede desanimar, sin embargo, no desistas en tu proyecto más importante de tu vida, que es tu propia vida, y vivirla es lo que te da la fuerza para continuar adelante.
Por supuesto, también hablaremos un poco de aquellos propósitos que suelen tener una gran cantidad de personas, hablo específicamente de aquellos propósitos que son más comunes. Me refiero a dejar de fumar o fumar menos, bajar de peso por medio del ejercicio, beber con moderación, ahorrar dinero o comprar sólo cosas que realmente se necesitan, etc. Los propósitos en sí son buenos, sin embargo, son pocas las personas que pueden cumplir cada uno de esos propósitos que se hacen a inicio de año. Es importante tomar en cuenta que cambiar los hábitos no es cosa fácil, por ejemplo, dejar de fumar, es uno de los mayores problemas de salud que acarrea consecuencias fatales. No se pueden dar los cambios de la noche a la mañana y que llevará tiempo amoldarse y asimilar los cambios. Es evidente que en el transcurso de dejar este mal hábito, muchos se desilusionen por algún fracaso, y eso mismo les hace desistir en su intento de dejar el tabaco de su vida. No obstante, es pertinente decir que las recaídas son parte normal de cualquier proceso de cambio, incluso, son hasta necesarios en algunas ocasiones. No va a pasar nada porque volviste a fumar. Sólo inténtalo una vez más, rodéate de un grupo de apoyo y manifiesta tu sentir, pues creo firmemente que siempre habrán familiares y amigos que te darán su apoyo incondicionalmente.
Sobre todo, queremos enfatizar en que, muchos propósitos a la vez resultarían en un fracaso aún mayor, o que fueran proyectos casi inalcanzables, y por consecuencia, la renuncia y frustración de aquello que te propusiste alcanzar en este año. Por eso te sugerimos seguir un plan con metas SMART (specific, measurable, attainable, relevant, time bound) que significa: específico, medible, alcanzable, limitado en el tiempo; es decir, los propósitos no pueden ser abstractos ni fantasiosos, sino propósitos concretos, que puedas alcanzar. Establecer objetivos con este método te obligará a analizar cada uno de ellos y comprender si son o no viables. Empero, sabemos que hay quienes no tienen bien claro cómo llevar a cabo lo que quieren hacer, o aún no se han decidido del todo, por ejemplo, a hacer ejercicio, a ahorrar, a dejar de fumar o tomar, a tomar terapia para mejora personal, entre otros. Es por estas razones que sería interesante ver las respuestas que se obtienen de estas preguntas que les ofrecemos a continuación:
- De seguir así, ¿cómo piensas que vas a estar en diez años?
- ¿Qué te impide iniciar esos propósitos… qué te dices a ti misma(o)?
- ¿Qué resultados tendrás con lo que estás haciendo actualmente?
- ¿Hay ventajas en que sigas haciendo eso que probablemente te perjudica?
- Ese hábito, ¿te ayuda? ¿te permite crecer?
- ¿Prefieres pensar que algún día, de alguna manera, todo mejorará sin que hagas nada?
- Si cambias ese hábito por un estilo de vida más consciente, ¿qué pierdes?
- ¿Realmente tienes el control de tu vida?
Preguntas que, por supuesto no pretenden condenarte, es una cuestión de que haya honestidad en tus respuestas para contigo mismo, y una ayuda para que puedas realizar lo que te has propuesto y que probablemente nunca habías podido terminar porque te dabas fácilmente por vencido. Nada ocurrirá sin transformación personal. Aprender acerca de nosotros (as) mismos (as) más que una obligación, es un reto. Animarnos a ser nuestros propios observadores indagando en nuestro mundo interior, conocernos, es una buena razón para, al menos, responder estas preguntas. Sabemos que hay una extraordinaria fuerza en ti, pero también sabemos que si no hay voluntad, nunca pasará absolutamente nada.
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