Miau fue un maestro a pesar del corto tiempo que estuvo a mi lado. Desde que llego, mi vida y la de mi pareja, empezó a modificarse poco a poco. Ahora con su partida quiero compartir con ustedes lo que aprendí a su lado y que sin duda forma parte del legado que he de continuar.
- Nunca dejes pasar una oportunidad
Cuando llego a nuestra casa tenía otro nombre. No sé si a alguien más se le ha ocurrido que su gato elija como quiere que se le llame, a mí se me ocurrió, nosotros le dimos muchas opciones y él maulló cuando le dijimos Miau. Esta enseñanza también la aplicaba a la hora de la siesta, si había ropa en la cama era el día en que más suave y calientito podía dormir. ¿Por qué no aprovechar lo que la vida da?
- No tienes que hacer las cosas siempre igual
A veces eran las 8 y Miau seguía en cama, en otras a las 5 maullaba. Cualquier mañana podía ser destinada a observar la ventana antes de tomar el baño de sol. La siesta podía ser en la mesa, en el escritorio, en el sofá o en la silla. Él sabía que cada día estaba construido de momentos y que esas elecciones no estaban escritas en piedra.
- ¿Quieres algo? ¡Maúllalo!
5, 7, 9, 11 o 1 de la tarde. ¿Qué importa la hora cuando uno tiene hambre o necesita amor?
Miau sabía que una voz que comunica, fuertemente, era parte clave para el éxito.
- A veces no basta con hablar para tener lo que uno necesita.
Conseguir lo que uno se propone a veces cuesta un poco más de trabajo e implica ¡Un gran plan para conseguir la meta! Por eso en ocasiones es necesario utilizar otras habilidades como caminar frente a la computadora, tirar los papeles, o acostarse sobre el libro o todas ellas.
- Confía en tu intuición
“Esa linda camita morada que se supone debo de usar no se ve tan cómoda, algo me dice que la almohada de mi humana es mucho mejor” -pensaba Miau- Y ni tardo ni perezoso pasaba sus patitas sobre mi cabello para acomodarse al ladito de mí. Esa intuición también le decía cosas como “esa lata seguro no me caerá bien. Además, no huele bien, mejor la dejo”
- Aprende a decir no, sin culpa.
Miau era un gato que no le gustaba compartir su espacio con otras personas pero cuando eso pasaba, él sabía que no tenía porque quedarse a convivir o a ser acariciado. Iba alejándose tranquilamente pues, dentro de su sabiduría, tenía claro que no estaba obligado a hacer lo que los demás queríamos.
- Para todo hay tiempo, si lo quieres hacer en verdad.
En un conjunto de 24 horas siempre hay un momento para jugar, uno para dormir, para bañarse, para comer, para acompañar y para estar solo. No hay razón entonces para agobiarse.
- Hazle saber a los que quieres que los quieres.
No importa que los veas todos los días o que solo convivas con ellos un par de horas, puedes acercarte a ellos tranquilamente, poner tu cachete en su hombro, y ronronear de la felicidad cuantas veces creas necesario. Los regalos al lado de la cama o de los pies también ayudan, lo importante es que esas personas sepan lo importantes que son para ti.
- Nunca dejes de divertirte
Todos los días que tuve la oportunidad de ver a Miau jugar me sorprendía. Parecía que era el primer día que tenía la oportunidad de jugar con un listón, un limpiapipas o con su juguete. Una caja de cartón podía ser un dique donde esconderse para asustar a sus humanos o el rascador más increíble. Pero divertirte no es solo jugar, es sacarle el máximo provecho a ese objeto y al espacio por eso Miau corría todo el pasillo mientras brincaba y se aventaba su juguete como si fuera un gatito en lugar de un gato de 5 años.
- Perdona
Miau no tuvo una vida fácil. Nosotros éramos su tercer hogar y en el primero no le había ido nada bien, tenía una cicatriz en su costado prueba de ello. Él pudo haber sido un gato arisco y esquivo puesto que eso pudo haberle enseñado la vida, pero no fue así, quiso darnos la oportunidad y poco a poco fue confiando en nosotros y en nuestras amistades. Si algún humano lo había dañado eso había quedado atrás, lo importante es lo que vivía ahora y estoy segura que por eso tenía tanto amor para dar.
Es posible que tú que me estas leyendo y que tuviste la oportunidad de compartir con un gato tengas prescrito también acciones para ser feliz, ojalá puedas compartirlas conmigo para continuar esa herencia que nos han dejado.
Hasta el próximo leencuentro.
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