El mes pasado estuvimos abordamos la importancia de educar mediante límites respetuosos y sin violencia. También comentamos sobre el apoyo que dan los abuelos y lo difícil que resulta ponernos de acuerdo para cuando tenemos formas diferentes de educar, por eso en esta entrega hablaremos de cómo negociar con los abuelos.

Cuida el rol que les das a los abuelos
Este es quizá el punto medular. ¿Qué responsabilidades les dejas a tus papás sobre tu hija? ¿Cuántas horas al día pasa en su casa? Para la mayoría de los papás los nietos son una extensión de los hijos en todo el sentido de la palabra, de ahí la necesidad de que podamos delimitar claramente cuáles son las funciones de cada uno.
Sí, contar con el apoyo incondicional de los abuelos es maravilloso pero…entre más tiempo pasan con los nietos, más “derechos” van adquiriendo. Por supuesto es una situación compleja por eso hay que pensarla con atención. Cuando dejamos a los hijos en la guardería o la escuela pasa lo mismo, los cuidadores, nanas, maestras, comienzan a enseñarles cosas a nuestros hijos, algunas nos gustan, otras no y ahí es cuando vamos a quejarnos e incluso cuando no nos acaba de convencer sus métodos o ideologías los cambiamos a una institución cuyo modelo se apegue más a lo que pensamos.
Con los abuelos no podemos “correrlos” de su función pero si podemos evitar darles roles o funciones que sabemos que van a desempeñar distinto a como nosotros deseamos, de ahí que quizá lo primero que puedes hacer es replantearte cuáles de los roles que les estás dejando son los adecuados para la educación que esperas.
Por supuesto la economía es un tema importante por lo que deberás hacer un balance costo beneficio, quizá hay tiempos en los que te salga emocionalmente más barato recurrir a una guardería y descargar de esa responsabilidad a los abuelos para ubicarlos en su lugar de consentir, cuidar y disfrutar a los nietos.
Comunicación ante todo
Ahora que tienes claro qué deseas de tus papás y que no, hay que hablarlo. Si comunicarnos, es muy básico pero también complejo, por eso desde aquí iniciaremos poniendo el ejemplo informando lo que queremos desde un lugar respetuoso. Antes pedirle a tus padres lo que necesitas es importante:
1. Reconócelos: subraya lo que han hecho por ti y por tu hija, coméntales lo importante que es su apoyo y agradece lo que hacen por ustedes
2. Valídalos: habla con ellos de aquellos valores, conductas, hábitos que le enseña a tu hija qué te parecen adecuados, es una forma de mostrarles que hay cosas en la que sí están de acuerdo.
3. Explícales tu filosofía: cuéntales qué es lo que deseas para tu hija en cuanto a conductas, valores, aprendizajes, etc., es probable que coincidan en varios objetivos, eso generará empatía entre todos.
4. Hablar de las formas: aquí es donde las cosas comienzan a ponerse más complicadas por eso es importante haber sido muy cuidadosa y amorosa con los puntos anteriores. Evitar cuestionar su forma de educar y enfócate en subrayar que es lo que tu quieres o necesitas hacer. Pon ejemplos claros.
5. Concédeles el derecho de la duda: la prudencia nos dice que más vale conservar la paz que la razón y más si se trata de tus padres, quienes además seguirán apoyándote. Es probable que ellos insistan en que estás haciendo mal las cosas. Diles que solo el tiempo podrá confirmarlo pero que tu quieres hacer las cosas a tu manera y que para ti es muy, muy importante contar con su apoyo.
6. Tu autoridad no es negociable: quizá este es el punto más delicado, hazles saber que les pides que dejen que tú tomes las decisiones porque tu eres la mamá y te toca a ti, aunque lo hagas “mal a sus ojos”. Recuérdales que ellos están ahí para consentir a sus nietos, educarlos es tu trabajo.
Planteen las reglas en conjunto
Pónganse de acuerdo en los escenarios que ya conocen como los horarios de comida, el tiempo de juego tareas, hora de dormir, procura que la mayor parte de estas tareas te toquen a ti y en las que ineludiblemente les toque a los abuelos déjales claro que quieres, por ejemplo, ¿hay cosas que tu hija médicamente no deba comer? ¿hay cosas que no tu no quieras que coma? ¿Qué hay de la educación en temas tan delicados como la religión, la sexualidad?
Es importante también que tu hija sepa que tu y sus abuelos no siempre van a pensar igual, que tus reglas no cambian y que, si bien tus papás pueden tener ideas distintas, ella puede escucharlos, debe respetarlos pero las normas que aplican son las tuyas.
Frente a los posibles escenarios de los que platicamos, es importante ofrecer opciones a los abuelos, por ejemplo si tu hija hace preguntas que ellos no quieren o no saben como responder, que la dirijan contigo. Si no quiere comer, hacer tarea, etc, igual. Y si hay cosas imprevistas, déjalos que resuelvan lo mejor que puedan y después lo platican juntos. Recuerda que siempre es esencial hablar en privado, para que todos puedan mantener su autoridad.
Señales de alerta
En términos generales estos acuerdos deberían ser suficientes pero es importante estar atenta cuando las cosas se salen de control, es importante no dejarlas pasar para evitar resentimientos y que las cosas se tornen más complejas, te compartimos por acá algunas señales de alerta:
1. No respetan los acuerdos a los que llegaron: hazlo notar justo en el momento en el que suceda, para que el problema no se haga más grande, recuerda hablar sin que tu hija esté presente.
2. Se burlan de tu autoridad enfrente de tu hija: detenlos en ese momento y pídeles hablar en privado, ¡no lo permitas!
3. Chantajean a tu hija: es decir le permiten hacer cosas que ella sabe que no debe hacer y hacen “pactos” de no contarte, esa es una forma de desautorización grave porque además genera alianzas en tu contra, ¡evítala!
4. Hablan mal de ti y/o de su papá: esas acciones atacan tu autoridad y/o la de tu pareja, dañan su imagen y la posición que tienen frente a ella.
5. Hacen comparaciones o diferenciaciones con otros nietos: esto lastima mucho la autoestima de tu hija. A los ojos de los abuelos, todos deben ser tratados con la misma dignidad, respeto y en igualdad de condiciones.
Sabemos que la educación es todo un reto que se va aprendiendo día a día, no hay manuales ni reglas que funcionen para todos, solo existen algunos lineamientos, como los que hemos revisado ahora, que nos abren posibilidades para acercarnos a las realidades que se nos presentan. Aprendemos a ser padres y educadores en el camino, si necesitas ayuda, no dudes en contactarnos, ¡estaremos atentos y gustosos de acompañarte en esta maravillosa aventura de educar!
Esta columna llega a ti gracias a la colaboración de Clara Sánchez, comunicóloga y psicoanalista. Puedes enviar tus consultas o preguntas con tu nombre, utilizando un pseudónimo o escribiéndolas de manera anónima ya sea en nuestra sección de comentarios o vía correo electrónico a csanchez28@gmail.com. Les daremos respuesta en las siguientes entregas.

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