
Me llamo Lorena, tengo un hijo de 12 años y es muy agresivo. Me da mucha pena decirlo porque todas las mamás deseamos sentirnos orgullosas de la conducta de nuestro hijo, pero en mi caso sucede todo lo contrario. No siempre fue así, de niño era tranquilo y juguetón. En casa, conmigo, siempre ha sido muy afable. Con su papá juegan muy rudo. Yo nunca estuve de acuerdo, pero mi esposo me repetía que las mujeres no sabemos formar a los hombres. Cuando mi hijo era pequeño se asustaba con los modos de su papá, siempre lo retaba hasta que poco a poco comenzó a defenderse y pues creo que incluso a desquitarse con sus compañeros en la primaria. Algunas veces nos llamaron de la escuela para quejarse de que Iker era muy peleonero. Mi esposo decía que los hombres tienen que defenderse. Nos dejó hace dos años y eso empeoró las cosas. Ahora mi hijo está enojado todo el tiempo y lo más grave es que agrede constantemente a un niño, lo golpea, le quita las cosas, lo humilla frente a sus compañeros. Ya lo he regañado, castigado, me promete que va a cambiar, pero veo que cada vez es peor, incluso tiene amenazados a sus compañeros, le tienen miedo. Él va a empezar a ir a terapia, pero no sé qué más hacer.
Lorena, entendemos la difícil situación por la que estás pasando y agradecemos que la compartas con nosotros. El primer paso es justo lo que estás haciendo, reconocer que tu hijo tiene un problema y ayudarlo a hacerse responsable de sus actos. Necesitamos más mamás como tú que reconozcan y tomen acción frente a estas situaciones que cada vez son más frecuentes.
Lo que nos cuentas es muy importante para comprender el problema. Iker no solo recibió violencia desde pequeño, sino que aprendió que era una forma de resolver problemas y de enfrentar el mundo.
Es importante entender, además de este contexto, qué es lo que lo hace reaccionar de esta manera frente a sus compañeros, eso es lo que seguramente trabajará en terapia. Sin embargo, es importante que lo observes y veas si su impulso de agredir tiene que ver con alguna necesidad subyacente como seguir el ejemplo de papá o querer demostrar, incluso inconscientemente, que está haciendo lo que él le pidió.
Perfil de un acosador
La página Children’s Space asegura que los niños bulleadores o acosadores poseen las siguientes características: [1]
1. Autoestima baja enmascarada de superioridad o arrogancia.
2. Baja tolerancia a la frustración.
3. Respuestas reactivas con estallidos emocionales marcados y desbordados como gritos, ofensas,amenazas y/o gesticulaciones intimidantes.
4. Lenguaje ofensivo e irrespetuoso.
5. Dificultad para seguir las reglas.
6. Necesidad de llamar la atención mediante su actitud.
7. Problemas para establecer relaciones interpersonales duraderas y respetuosas
Si Iker muestra estas características es importante que se las señales a su terapeuta porque cada una de ellas le dará información muy valiosa de lo que deben trabajar.
Límites claros
Entender de dónde viene este sentimiento de agresividad servirá para resolver el problema de fondo, pero puede llevar tiempo. Mientras tanto, es importante ponerle límites claros y consistentes a Iker.
Sí, entendemos que le has explicado lo que está bien y lo que está mal, que está teniendo consecuencias en su escuela, pero aún así no es suficiente dado que sigue repitiendo las mismas conductas, por lo que te compartimos algunos pasos a seguir:
1. No lo juzgues ni lo justifiques: viene justo del punto anterior de entender lo que le pasa sin criticarlo pero sabiendo que ninguno de sus motivos le da razón para violentar a nadie, ni para que tú o los demás minimicen sus acciones.
2. Obsérvalo: ¿Quiénes son sus amigos? ¿Qué hacen? ¿A qué juegan? ¿Qué suben en redes? Es muy importante saber quién lo rodea, qué ideas puede tener de esos chicos y sobre todo lo que ve en Internet.
3. Comunicación: seguro ya lo has hecho, pero es importante insistir en hablar con él, mostrarle las consecuencias de lo que hace ahora y lo que podría pasar a futuro.
4. Tolerancia cero: esto es lo más difícil porque dices que Iker es muy amable contigo, sin embargo es importante que no olvides lo que hace en la escuela, cómo trata a los demás y que seas lo suficientemente estricta para no permitirle ningún tipo de violencia, por muy pequeña que ésta sea.
5. Consecuencias proporcionales y significativas a sus actos: es un punto esencial porque necesita entender que toda acción conlleva una consecuencia y que ésta debe ser equitativa a la falta que cometió. Las reglas que pongas en casa serán solo un reflejo lejano de lo que puede esperar de los reglamentos en las instituciones (sin importar si en su escuela las reglas son relajadas) y posteriormente en la sociedad.
6. Enfoca su agresión en algo positivo, puede ser cualquier actividad el arte, el deporte, el estudio.
Fortalece su autoestima
Contrario a lo que los demás creen, la prepotencia, el narcisismo y la superioridad son evidencias de una baja autoestima escondida bajo una máscara atemorizante, con la que Iker siente que puede estar a salvo de cualquier posible ataque. La búsqueda de una autoestima saludable se basa, de acuerdo al psicoterapeuta Nathaniel Branden, en seis conceptos:
· Aprecio: se refiere a la valoración que uno tiene de sí mismo
· Aceptación: capacidad de reconocer los defectos y debilidades
· Afecto: capacidad de ser compasivo
· Atención: responder a sus necesidades físicas y emocionales
· Autoconciencia: cuestionar sus creencias
· Apertura: posibilidad de aceptar otras formas de entender el mundo aunque eso implique cuestionar lo que ha aprendido, como este tema de la violencia como sinónimo de virilidad.
Adolescencia, una serie obligada
Probablemente has escuchado sobre la miniserie inglesa Adolescencia, que está disponible en Netflix y en la que se muestra a un joven involucrado en el asesinato de una compañera. Entre los temas que aborda la serie se encuentra el manejo de la ira en los hombres, quienes lo aprenden de su linaje, particularmente el paterno, eso significa que un abuelo violento educa un hijo violento y tiene un nieto violento.
En esa misma línea, está presente la influencia de las dinámicas familiares en la construcción del adolescente, así como la masculinidad tóxica que se difunde en las redes sociales y a la que están expuestos los jóvenes mediante la cultura Incel, (célibe involuntario) que se sustenta en los sentimientos de rechazo y la baja autoestima de los chicos.
Quizá lo más desgarrador de la serie son las consecuencias legales que pueden enfrentar los jóvenes, pero es muy importante tomar conciencia de que las conductas que no se limitan y corrigen de forma directa y estricta en el momento en el que aparecen, pueden tener consecuencias graves e irreversibles en la vida.
El manejo de la ira es un tema complejo y más si se trata de nuestros hijos porque implica tener mano firme y amorosa, nada fácil de lograr. Si además del apoyo que recibe tu hijo necesitas acompañamiento, recuerda que no estás sola, en Mentalizarte estamos preparados para acompañarte, ¡Consúltanos!
Esta columna llega a ti gracias a la colaboración de Clara Sánchez, comunicóloga y psicoanalista. Puedes enviar tus consultas o preguntas con tu nombre, utilizando un pseudónimo o escribiendo de manera anónima ya sea en nuestra sección de comentarios o vía correo electrónico a csanchez28@gmail.com. Les daremos respuesta en las siguientes entregas.
[1] El bullying: ¿Qué hacer si mi hijo es el agresor? Publicado en Children´s Spaces recopilado de https://childrens-spaces.com/es/el-bullying-que-hacer-si-mi-hijo-es-el-agresor/
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