Mentalizarte

Poder regular nuestras emociones es una habilidad esencial para la vida. Aunque este libro puede parecer extenso o lleno de ejemplos, ofrece ideas valiosas que merecen atención y reflexión.

Susan David, su autora, plantea que entre el momento en que sentimos algo y el momento en que reaccionamos, existe un espacio crucial. Tomar consciencia de este intervalo nos permite decidir cómo gestionarlo: alargarlo, calmarnos o profundizar en nuestras emociones de manera más efectiva.

Un aspecto clave del libro es cómo elegimos manejar nuestras emociones. Según la autora, algunas personas tienden a ‘embotellarlas’, es decir, ignorarlas, reprimirlas y seguir adelante. Sin embargo, esto puede provocar que los sentimientos regresen con mayor intensidad. Por otro lado, está la ‘rumia’: obsesionarse con los mismos pensamientos, revisarlos repetidamente hasta alcanzar frustración o desesperación. A veces, incluso se comparte esta rumiación con otros, generando un efecto de saturación emocional en quienes nos rodean. Ninguna de estas respuestas resulta eficaz, según David.

La alternativa propuesta es mostrarnos receptivos y abiertos hacia nuestras emociones. Reconocer que un pensamiento no es un hecho nos permite tomar distancia. Frases como «soy inútil»  «soy tonto» o “no puedo con la vida” no son verdades absolutas; son simplemente pensamientos. Lo mismo sucede con las emociones, las cuales podemos observar sin necesidad de aceptarlas como definitivas. Por ejemplo, para el caso del trabajo, la autora señala que es importante hacer espacio para los propios pensamientos y emociones y verlos por lo que son, información.

La agilidad emocional consiste en escuchar nuestras emociones plenamente y, desde ahí, decidir qué hacer con ellas, alineándonos con nuestros valores en lugar de dejarnos llevar solo por el impacto emocional.

David también sugiere prácticas concretas, que se requieren hacer con regularidad, para desarrollar esta habilidad:

• Escritura: Dedicar veinte minutos al día, un par de veces a la semana, para plasmar pensamientos y reflexiones.
• Meditación: Observar los pensamientos que surgen, dejarlos ir y regresar al momento presente a través de la respiración.
• Reconocimiento emocional: Identificar qué sentimos, darle un nombre y un lugar en nosotros mismos, lo que nos otorga poder sobre nuestras emociones.

Y para quien esta interesado en educar a los hijos desde esta forma de inteligencia emocional, el capitulo diez toma gran relevancia, recordando lo importante que es el ejemplo.

Por tanto, Agilidad emocional nos invita a trabajar activamente con nuestras emociones y pensamientos, ayudándonos a avanzar con autenticidad y propósito.

Esta obra, forma parte de nuestras Recomendaciones que inspiran porque nos invita a reflexionar sobre cómo enfrentamos nuestras emociones, algo esencial al terminar un ciclo y comenzar uno nuevo, como es el despedir este año. La agilidad emocional no solo nos ayuda a comprendernos mejor, sino también a tomar decisiones alineadas con nuestros valores, construyendo un camino más auténtico y consciente. En un momento ideal para replantearnos metas y prioridades, esta obra se convierte en una guía para afrontar los desafíos con sabiduría y compasión.

¿Buscas otras recomendaciones? Te sugerimos: https://mentalizarte.mx/2024/07/24/potencia-tu-motivacion-y-bienestar-con-estas-lecturas/